¿Una sociedad más transparente?

¿Se han preguntado lo que pasa al otro lado del mundo? Donde las calles tienen otros nombres y diferentes héroes, o, has pensado ¿Habrá alguien en otro lugar que se pregunte por mí? ¿Seremos parecidos? Hoy en día es fácil para nosotros decir que podemos estar informados sobre lo que sucede en algún lugar o cultura ajenos a la nuestra, encontrar a otra persona que resuene con nosotros aunque este lejos es el pan de cada día. Redes sociales, plataformas como Youtube, Instagram o Tik Tok nos permiten acercarnos a esta realidad. Ahora somos más conscientes de las diferencias que nos forman como raza humana, pero ¿qué significa esto realmente?

Día con día revisamos nuestro Facebook, Instagram o foros, donde aprendemos sobre eventos internacionales, festividades y, de la misma forma, sobre la cotidianidad de las personas a quienes somos cercanos. Podemos ver de lo general a lo particular. Nos empapamos de historias y opiniones, ampliamos nuestros criterios y promovemos aquello que amamos. Como seres humanos que somos, esto solo es una parte más de nuestra naturaleza social. Este no es un artículo de riesgos sobre la desinformación que podríamos encontrar, sino, una invitación a extender nuestros horizontes, a ser tolerantes y respetuosos, pero, sobre todo, a ser empáticos; en pocas palabras ponernos en unos zapatos que no son los nuestros.

Como mencionaba estamos expuestos a muchos mensajes, historias y sucesos que no necesariamente ocurren a nuestro alrededor, pero que son una oportunidad de conocer nuevos panoramas, la reacción de los diferentes partícipes involucrados y sus consecuencias en distintos niveles. O en un ejemplo más sencillo, podemos entrar a grupos con intereses específicos como algún género musical o una banda, pero los miembros que lo conformamos somos de distintos países y hablamos diferentes idiomas. Pese a estas diferencias de lenguaje estamos unidos por la música y podemos apoyarnos movidos por un objetivo común.

¿Nos hace una sociedad más transparente? Supongo que por una parte podría decirse que sí ya que podemos ver desde distintas posturas un mismo suceso, generar nuestro propio criterio con tantas versiones de la verdad como podamos encontrar, esto no desacredita unas u otras, sino que, entre todas, conforman una historia más completa y rica, nos invita, por lo tanto, a discernir entre la información compartida. También pienso que nos vuelve más conscientes de la realidad, ya que ahora no vivimos con un solo medio de comunicación escrito o expresado por unos pocos, ahora las voces de cada una de las 7 mil millones de personas que habitamos este planeta es igual de válida e importante (siempre lo han sido pero ahora podemos escucharlas con más facilidad).

Por otro lado, se pone en duda si esta nueva forma de comunicarnos y compartir información nos hace más caóticos. Es natural, creo, pensar que entre más opiniones o versiones haya se hará un caos imposible de definir, y podría ser verdad. Esta duda no la responderemos hoy o mañana, quizá dentro de algunos años, pero la cuestión de mis palabras para ustedes es esta: Entendamos que nuestras voces independientemente de donde vengamos siempre son igual de importantes, el diálogo nos hace crecer, las diferencias marcan un espacio de cambio.

Si somos una sociedad más transparente o caótica aún está por verse pero lo que sí podemos estar seguros es que hoy somos más humanos que nunca, con nuestras diferencias y semejanzas, hablando inglés, español, francés o cualquier otro idioma, con diferentes horarios y climas todos coincidimos en una cosa: humanidad.