El bodegón de la Cuarentena

Como buena introducción, comenzaré referenciando a Edouard Manet, quien alguna vez dijo que la naturaleza muerta es “el referente de la pintura”.
Naturaleza muerta es un nombre más dramático para llamar también a un bodegón.
En lo personal, este último me recuerda fonéticamente a "albondigón" y pienso más bien en comida y no tanto en una composición pictórica, sin embargo, fue el primer vocablo en dar nombre a mi referente.

Un bodegón consta de un arreglo de objetos inanimados.
Los elementos representados dentro de la composición muestran generalmente objetos comunes, ya sean manufacturados (jarras, monedas, joyería, libros) o naturales (flores, comida, plantas, animales muertos). 

Si bien los bodegones suelen catalogarse dentro de una rama de la pintura, esto no quita el hecho de que sean un muy buen ejercicio de composición y de observación y que uno pueda plasmarlo en un papel con el medio que le dé su gana.
Una servidora considera que lo provechoso de los bodegones es el tener varios materiales juntos. De esta manera se tiene el reto de representar la textura de cada objeto... pero usando siempre el mismo medio.
¡No es como que si quiero dibujar una de esas manzanas sobre la mesa reemplazaré mi lápiz en cuestión por cáscara de manzana!
...¿O sí?

En cuanto al contenido, y como suele suceder en la pintura y el arte en general, siempre hay simbolismos:
Los bodegones, particularmente hasta antes de 1700, a menudo contenían un simbolismo religioso y alegórico en relación con los objetos que representaban.
Las flores tenían significados como: el amor, lo femenino, pureza de mente, nobleza, humildad, lealtad, amor divino, devoción, ah, y claro, la Virgen María.
Los insectos representan sus cualidades como se podrían ver en las fábulas: Las hormigas siempre trabajo duro y cosecha.
Las mariposas: transformación y resurrección.

Sin embargo, los bodegones también se ven influenciados (al igual que... básicamente todo) por el contexto histórico y el lugar en cuestión. Por ejemplo: Flandes y Holanda.
Situándonos alrededor del siglo XVII, destacan las figuras de Rubens en Flandes, desarrollando una pintura aristocrática y religiosa, y Rembrandt en Holanda, dominando los temas de paisaje, retratos y la vida cotidiana.

La pintura barroca flamenca se desarrolló vinculada a la Monarquía Española y al catolicismo. Sus obras eran suntuosas y de gran formato —como era de esperarse debido al carácter religioso— además de tener una amplia gama cromática por influencia italiana.
Los bodegones flamencos presentan muchos objetos dentro de la composición y en gran cantidad. Una de las razones era que se buscaba representar abundancia debido a las guerras y las hambrunas que éstas dejaban (¡Menos mal que "stilleven" no es fonéticamente parecido a "albondigón"!).

Holanda, por su parte, rompe con la iglesia católica y deja a un lado aquella típica suntuosidad. ¡Incluso el mismo tema de la pintura va perdiendo protagonismo! Un bodegón holandés se basa de composiciones más bien moderadas, elegantes, ordenadas y con mucho más detalle dentro de cada objeto. Siempre se representan escenas equilibradas o pacíficas, debido a la larga guerra por la independencia.

Así que, una vez evidenciado el contexto detrás de una composición de naturaleza muerta, podemos situarnos en la actualidad:
El mundo está loco loco e infectado, pero si por alguna extraña razón no llego a contagiarme, quisiera conservar algún souvenir propio de este peculiar período para la posteridad. 
Así que me decidí de agarrar un papel (tal vez debí haber meditado mejor sobre qué tipo de papel) y acomodar los objetos más populares de la cuarentena.
Claro que, una que apenas vuelve a agarrar una barra de algún derivado de carbono después de meses, no puede pretender tener los trazos más ágiles y majestuosos, pero me esforcé.

Nada de simbolismos. Sin embargo, he aquí una pequeña explicación de los elementos presentes: 
Manzanas: One apple a day keeps the doctor away.
Toronja: ¡Hay que tomar mucha vitamina C!
Jabón: Pero lávate las manos antes de comer esas frutas, por Dios.
Mascarilla: Nunca había dibujado una mascarilla antes. No salgas sin ella.
Rosas: Flores para que huela bonito.
Gel antibacterial: El equivalente a una elegante copa de vino que mata gérmenes.

Cuídense y hagan albondigón.